A fines de 1608 unos fabricantes flamencos de anteojos que habían inventado una forma primitiva de catalejos, intentan vender su invento a la República de Venecia, más la república tenía a su servicio, en la persona de Galileo, a un científico y matemático más poderoso que cualquier otro en el norte de Europa….pero dejemos que sea el propio Galileo quien hable de este hecho en carta dirigida a su cuñado el 29 de agosto de 1609:
“Debes saber, entonces, que hace cerca de dos meses desde que se difundió aquí la noticia de que en Flandes se le había presentado al conde Mauricio un catalejo, elaborado de manera tal que las cosas muy distantes parecen estar sumamente cerca, así que se puede ver con claridad a un hombre que se encuentre a tres kilómetros de distancia .
Esto me pareció un efecto tan maravilloso, que dio ocasión para meditar; y como me apreció que debía estar fundado en la ciencia de la perspectiva, me propuse lograr su fabricación; la que por fin conseguí, y tan perfectamente que uno que yo hice superó con gran ventaja la fama del invento flamenco”.
“A confesión de parte relevo de pruebas”…..diría un jurista.
“Debes saber, entonces, que hace cerca de dos meses desde que se difundió aquí la noticia de que en Flandes se le había presentado al conde Mauricio un catalejo, elaborado de manera tal que las cosas muy distantes parecen estar sumamente cerca, así que se puede ver con claridad a un hombre que se encuentre a tres kilómetros de distancia .
Esto me pareció un efecto tan maravilloso, que dio ocasión para meditar; y como me apreció que debía estar fundado en la ciencia de la perspectiva, me propuse lograr su fabricación; la que por fin conseguí, y tan perfectamente que uno que yo hice superó con gran ventaja la fama del invento flamenco”.
“A confesión de parte relevo de pruebas”…..diría un jurista.
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